Experimento en el cual se demuestra que el ser humano es un conductor eléctrico. Si se tocan los dos extremos del tubo de papel de plata, transmite una energía en las pequeñas lámparas y comienzan a brillar en colores y además produce sonido.
Esto también funciona con más personas, las cuales han de juntar las manos entre sí y así “cerrar” el circuito del cilindro de la energía,
No tengan miedo: el experimento no es peligroso. Los efectos de luz se pueden ver mucho mejor en la oscuridad.
Fabricado en plástico con una medida de ø3 x 17,2 cm.